LA TAREA O EJERCICIO: SEMILLA DEL APRENDIZAJE
DEFINICIÓN Y ESTRUCTURA
Las tareas motrices son el contenido básico a través del cual vamos a buscar la consecución de los diversos objetivos que nos planteemos con nuestros jugadores.
La elección de unas tareas u otras va a determinar el aprendizaje de los jugadores, condicionando en parte, los contenidos a trabajar y seleccionando la metodología más adecuada.
Por otro lado, dentro de la programación del entrenamiento, la tarea va a ser la quinta esencia del proceso de enseñanza-aprendizaje, sobre la cual se van a establecer la sesiones de entrenamiento y las diferentes estructuras de programación.
El entrenador utiliza las tareas como elemento básico de la programación, siendo éstas sus principales herramientas de trabajo y sobre las que más va a trabajar diariamente a la hora de programar, buscando los aprendizajes y la motivación de los jugadores en las sesiones de entrenamiento.
Las tareas en nuestras sesiones deben tener una serie de características que las hagan realmente significativas y atractivas para los jugadores. Vamos a buscar que no sólo enseñen el contenido propio motriz, sino que a través de ellas pretendemos incidir en la socialización y en el aprendizaje de conceptos básicos del deporte.
La esencia de las tareas motrices es el movimiento humano, y en el ámbito del entrenamiento suponen el instrumento por el que el individuo desarrolla sus potencialidades.
Para Parlebás (1981), citado por Famose (1992), “la tarea motora es el conjunto organizado de condiciones materiales y de obligaciones que definen un objetivo cuya realización necesita el empleo de conductas motoras de uno o varios participantes. Las condiciones objetivas que presiden el cumplimiento de la tarea son a menudo impuestas por consignas o reglamentos”.
Vamos a considerar la tarea como el juego, el ejercicio o la actividad que presentamos a nuestros jugadores en el deporte del cual estemos hablando.
CLASIFICACIÓN
Utilizaremos dos clasificaciones de entre las existentes:
GRADO DE CONTROL SOBRE LA ACCIÓN (Singer, 1986):
– REGULACIÓN EXTERNA: aquellas tareas motrices que son abiertas y perceptivas, como los deportes colectivos.
– AUTORREGULACIÓN: aquellas tareas motrices que son cerradas y habituales, como la gimnasia o casi todas las pruebas de atletismo.
– REGULACIÓN MIXTA: por una parte, abiertas y habituales como el esquí de fondo o el ciclismo de carretera. Por otra parte, cerradas y perceptivas como el billar, el ajedrez o el golf.
GRADO DE CONTROL AMBIENTAL (Poulton, 1957; citado por Macazaga, 1988)
– CERRADAS: cuando el contexto es conocido y estable, como en una pista de atletismo o en gimnasia.
– ABIERTAS: cuando el ambiente es desconocido y/o cambiante como una carrera campo a través o ciclismo en carretera. También se incluyen aquí los deportes colectivos como el baloncesto, fútbol, ya que a pesar de practicarse en un terreno conocido y estándar, las circunstancias del juego son cambiantes, lo que los convierte en tareas abiertas.
CARACTERÍSTICAS Y CRITERIOS DE UTILIZACIÓN PARA SU PROGRAMACIÓN
La tarea representa lo que el individuo es capaz de realizar, la organización de una actividad hacia la consecución de un objetivo determinado. Para ello, debe tener una serie de características: un objetivo que defina lo que se pretende alcanzar con la puesta en marcha de la actividad, determinadas condiciones que acompañan a la realización del objetivo, instrucciones que precisen un tipo particular de comportamiento motor o de proceso que hay que llevar a cabo.
Resumiendo las principales normas que debemos tener en cuenta para elegir unas actividades u otras, Pieron (1988) enumera las siguientes:
– Adaptación de las actividades al jugador.
– Proponer tareas significativas
– Elegir tareas específicas
– Asegurar la participación del mayor número posible de alumnos, de forma simultánea.
– Asegurar un efecto fisiológico
– Ofrecer variedad de actividades.
LA ESTRUCTURA BASE DE LA TAREA EN LOS DEPORTES
Cuando, como entrenadores, nos hacemos cargo de un equipo, no siempre tenemos acceso a la completa formación de los jugadores que están a nuestra disposición. Estos suelen provenir de diferentes entornos y experiencias motrices que hacen que cada uno de ellos está instalado en un nivel de práctica, casi siempre diferentes.
Las tareas de entrenamiento son la forma que tenemos de acceder a su motricidad y lograr su mejora. Los jugadores pueden aprender porque hablamos con ellos y les explicamos las cosas; pueden aprender viendo como otros jugadores, o ellos mismos, realizan una determina acción. Pero sobretodo, los jugadores aprenden cuando son ellos los que realizan la acción.
Esta es la verdadera importancia de ser unos buenos constructores de tareas.
La tarea es la principal forma que tenemos de llegar al jugador y cambiar su comportamiento, cambiar sus esquemas motrices, cognitivos, condicionales… la tarea es la llave que nos permite entrar en la motricidad del individuo y cambiarla.
No es nada sencillo acertar el nivel adecuado de los ejercicios para nuestros jugadores. Al proceder de diversos entornos, con diferencias motrices variadas, suelen resolver con diferente grado de habilidad las tareas propuestas.
Nuevamente, poseer la capacidad de adecuar la tarea al nivel del ejecutante, va a garantizar que el tiempo de práctica eficaz sea el máximo. La capacidad para construir ejercicios de entrenamiento adecuados, por tanto, es una de las cualidades más importantes que debe poseer cualquier entrenador. Tener recursos en forma de ejercicios es importante, pero más es poseer la capacidad de crear o adaptar el ejercicio adecuado para cada momento.
Preocuparnos por la construcción de los ejercicios no permitirá enseñar o corregir a un jugador, pero sobre todo para poder acertar en el nivel de práctica que estimule su umbral operante de mejora.
DEFINICIÓN DE TAREA
Buscando una definición operativa de tarea, podemos decir que es una situación simuladora del hecho competitivo, la cual simplificamos para facilitar el umbral de accesibilidad al jugador, o para sobre- estimular algún aspecto que nos interese focalizar especialmente.
Por evidente que parezca, las tareas no provienen de los libros, ni de los despachos de los entrenadores, sino directamente del juego.
Analizar las tareas desde esta perspectiva (estamos tratando con un ejercicio o un juego) nos va a permitir darle utilidad a todas las tareas que utilicemos. Si en algún momento, no vemos qué aplicación puede tener una tarea hacia la consecución de nuestros objetivos, entonces seguramente estaremos copiando una tarea que a otro entrenador le funciona, pero que necesita ser ajustada para nuestro equipo.
LA ESTRUCTURA DE LAS TAREAS
Cualquier tarea puede ser entendida, a su vez, como un conjunto de subtareas, que una vez dispuestas todas a continuación una de otra conforman la tarea principal.
Cuando planteamos una actividad a los jugadores, en realidad les estamos pidiendo que enlacen muchas subtareas. De alguna de éstas, no siempre somos del todo conscientes, y las otras son las que en realidad queremos que formen la tarea.
Así, podemos entender una tarea está formada por dos partes principales:
– la parte interna (o actividad principal)
– la parte externa (o actividades secundarias)
De entre todas las subtareas de la parte interna de la tarea, una de ellas transporta el contenido principal de nuestro ejercicio: es la subtarea núcleo. Las demás subtareas sirven de soporte a la primera, y todas juntas definen el objetivo del ejercicio.
Es importante que las subtareas que acompañan a la subtarea núcleo no sean más atractivas para los jugadores, que la propia subtarea núcleo. Ya que en este caso, corremos el riesgo de que los jugadores perciban como objetivo o contenido a trabajar, otro que no coincide con el nuestro.
Esto ocurre en las tareas que acaban con lanzamiento a portería.
Esta es una acción muy deseada por los jugadores, de manera que cuando queremos trabajar otro contenido, y el lanzamiento aparece en la tarea, los jugadores suelen dejar de prestar atención a la subtarea importante para nosotros, y vuelcan la mayor parte de su atención en el lanzamiento.
La parte externa de la tarea es el resto del tiempo en el que el jugador está practicando, observando, esperando o haciendo otras cosas, hasta que vuelve a hacer una repetición de la parte interna.
Siempre hay parte externa. Si creemos que no la hay, deberíamos ponerla, ya que ésta ayuda a fijar la atención sobre la parte interna.
Diego Cerutti es entrenador de fútbol con Licencia UEFA PRO, coach deportivo y formador de entrenadores. Se especializó en metodología y análisis táctico en Europa, y dirigió equipos e instituciones en Argentina, España, EEUU, República Dominicana y Guatemala. Junto a su equipo fundó Modelo de Juego para brindar recursos claros, prácticos y aplicables a entrenadores de todo nivel. Su enfoque combina táctica, pedagogía y valores humanos. Cree que enseñar el juego es también formar personas.